Nuovo libro di P. Emilio Martínez

P. Emilo Martínez  ha dato alle stampe un nuovo libro – in lingua spagnola – sulla figura della Madre Julia Navarrete, fondatrice della Congregazione delle Missionarie Figlie della Purissima Vergine Maria. Il libro è introdotto dal Prologo  per la mano del Card. Pietro Parolin, iol quale afferma di aver conosciuto la MAdre Julia Navarrete all’epoca del suo servizio presso la Delegazione Apostolica in Massico. 

 

Bien podemos aplicar este dicho de san Juan de la Cruz: «Siempre el Señor descubrió los tesoros de su sabiduría y espí­ritu a los mortales; más ahora que la malicia va descubriendo más su cara, mucho más los descubre» a la vida de la Madre Julia Navarrete, cuya espiritualidad nos proponemos exponer, con temor y temblor, en las páginas que siguen. Como en la segunda mitad del siglo XVI, cuando el Santo doctor carmelita escribía estas páginas, también hoy la malicia sigue descubriendo su cara, ofreciendo a creyentes y no creyentes caminos fáciles de supuesta reali­zación personal, que terminan siendo jaulas en las que el ser humano encierra tristemente sus potencialidades, renunciado a los horizontes divinos a cambio de unas pocas migajas de supuesta y engañosa felicidad meramente humana, en el sentido más pobre del término.

Con obras y palabras, Dios sigue tendiendo hilos de mise­ricordia (cf. Os 11) capaces de envolver al hombre en la potencia de su amor verdadero, fuente de auténtica realizción, de promoción de los valores de la persona, de felicidad plena y absoluta, tal como es posible en este mundo, con cruz y contradicciones, como promesa de una plenitud celeste que no excluye sino incluye, de qué manera, la construcción de una sociedad más justa y equitativa en este nuestro mundo visible.

La palabra de Dios, en ocasiones, sigue haciéndose carne, en figuras que, decididas a convertirse a través del seguimiento de Cristo, nuestro modelo, en revelación de la voluntad divina para la humanidad, abandonan todo proyecto personal con absoluta humildad y disponibilidad al plan divino, para ser portavoces de la teología mística, «que se sabe por amor, en que no solamente se saben [las verdades divinas], mas juntamente se gustan» (CB, pról., 3). Es este el caso de la venerable Madre Julia Navarrete, funda­dora de las Misioneras Hijas de la Purísima Virgen María.

Podría haber sido la suya – y no hubiera dejado de ser valiosa – la historia de una creyente más, una buena y fiel cris­tiana. Incluso la de una persona comprometida de manera particular en la evangelización, la promoción del hombre y la mujer de su tiempo.

Sin embargo, como ocurre en todos aquellos que son tocados por la gracia de la experiencia mística, la Madre Julia fue llamada a seguir un camino diverso, más fructí­fero para la Iglesia y la humanidad. Ella misma confiesa: «hice mi primera comunión a los 7 años, pero no me acuerdo haber tenido especial devoción y, aunque en casa reinaba un espíritu cristiano y mi madre era piadosa, mi padre era algo reacio a las prácticas religiosas, que no prohibía sin embargo, y nos educaba cristianamente; pero no salíamos de lo ordinario. Lo que debe hacer el cristiano».

 

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